Madre que en los eriales haces brotar las florespor tu querer sublime y el poder celestial,¡no dejes que Dios vea los pálidos coloresque denotan mi alma cuando me roza el mal!
Te venero. Dichosas las fúlgidas estrellasque iluminan el cielo de tu sencillo manto.¡Si yo pudiera un día brillar como una de ellaspara alumbrar tu imagen con celo sacrosanto!
Bendito sea el ángel que sostiene la lunasobre la que reposan tus delicados pies.Un rayo de tu cuerpo debió alumbrar mi cunaporque te siento madre dondequiera que estés.
Virgen de Guadalupe, a tus plantas me postrohumilde, suplicando tu santa intercesión.¡Cuánto me gustaría ver grabado mi rostrosobre la blanca tilma de tu gran corazón!
Jorge Antonio Doré
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