Así tan sólo, con el favor del Sagrado Corazón, pueden brillar tiempos mejores para todo el género humano, lo mismo para todos los individuos que para la familia y la sociedad civil, hoy profundamente perturbadas.
17. La Maternidad Divina de María. De este punto de la doctrina católica que hasta ahora hemos estudiado, se deriva necesariamente el dogma de la divina maternidad, que predicamos de la Santísima Virgen María. No –como advierte San Cirilo- que la naturaleza del Verbo o su divinidad haya tomado el principio de su origen de la Virgen, sino en el sentido de que de ella tuvo princípio aquél sagrado cuerpo, que informado por un alma racional y unido hipostáticamente al Verbo de Dios, se dice haber nacido según la carne (Concilio de Éfeso, Cyrilli ad Nestorium).
A la verdad, si el Hijo de la Virgen María, es Dios, indudablemente con todo derecho y justicia se ha de llamar Madre de Dios aquella que lo concibió, y si una sola es la persona de Jesucristo, y ésta divina, es claro que todos los hombres han de llamar a María, no sólo Madre de Jesucristo hombre, sino “Deipara”, o “Theotocos”, esto es Madre de Dios. A aquella, pues, que es recibida por Isabel su prima con el saludo de Madre de mi Señor (Lc. I,43), que según dice San Ignacio Mártir, dió a luz a Dios (Ep. Ad Efes. 7, 18-20); de la cual afirma Tertuliano, nace Dios (De carne Christi 17), y a la que el Eterno enriqueció con la plenitud de la gracia, sublimándola a tan alta dignidad, a ésa hemos de venerarla todos como verdadera MADRE DE DIOS.”
Pio XI, Encíclica Lux Veritatis.
1 comentario:
hola,muy interesante y formativa la pagina,me gustaria saber donde celebran la santa misa,el unico lugar que conosco es la capilla de la fsspx en bs as.
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