Dios nos ha permitido celebrar nuevamente el
Gran día de su Madre Santa, rezando la Santa Misa en su Honor y para gloria del
Dios Uno y Trino. En la fiesta de Nuestra Señora la Virgen de Luján, pedimos en
el altar por cada una de las almas que Dios nos ha encomendado acompañar, por
nuestros hijos espirituales, por aquellos que todavía han de venir a estar con
nosotros en estos tremendos momentos. Hemos pedido que Dios los bendiga en sus
obras y buenos deseos, los proteja en estas horas de suprema iniquidad y
confusión para permanecer firmes en la Verdad, manteniendo encendida la
antorcha de la Fe y la Caridad hasta el último aliento.
Quiero repetir lo que en otros momentos:
¡¡No los he lanzado al frente!!
Quiero pedirles la caridad de pedir a Nuestra Señora que nos permita la gracia
de acompañarlos, de estar a su lado cuando sea necesario, de permanecer en
nuestro puesto cuando se presienta el peligro y de ser posible poder imitar
a San Cristóbal con los más débiles a la vez que hacer una debida
penitencia. Sé que es mucho pretender conociendo nuestras fuerzas pero no lo es
conociendo la Patrona que tomamos y la caridad que ustedes podrán brindarnos en
pedir esa gracia para nuestra Misión.
Dios y La Santísima Virgen de Luján les bendiga.
Buenos Aires, 8 de Mayo del 2014
R.P. Hugo Esquives
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