Ingunda
No se conoce la fecha exacta en la que nació Ingunda, posiblemente a mediados del siglo VI. Fue hija de Sigisberto, quien era el rey de Austrasia (una región que abarca el norte de Francia y parte de Alemania), fue prometida a un príncipe visigodo llamado Hermenegildo, hijo del rey Leovigildo. A pesar de que los visigodos eran arrianos e Ingunda católica se realizó el matrimonio en el año 579, esto se explica porque el móvil principal era la unificación política de los pueblos godos. Al llegar a Toledo, Ingunda pensó que Goswintha, quien era su abuela por la línea materna y la vez era la madrastra de Hermenegildo por su segundo matrimonio con el rey Leovigildo, sería una persona cercana a ella, sin embargo sucedió todo lo contrario.
Goswintha era arriana y al principio trató de convertirla al arrianismo con caricias, al ver que con esa técnica no había resultado, le exigió que abjurara del catolicismo, Ingunda resistió durante mucho tiempo las presiones que le hacia la Goswintha, continuamente padeció humillaciones y violencia física, pero Ingunda se mantenía fiel a su fe. San Gregorio de Tours nos dice que en una ocasión Goswintha la arrojó al suelo y comenzó a patearla hasta que quedó empapada en sangre y a pesar de eso Ingunda continuaba firme y no solo eso, sino que buscaba la conversión de su esposo a la fe católica. Hermenegildo fue testigo del maltrato, no pudo dejar de ver las heridas y marcas que tenía su esposa y que esta callaba heroicamente. Cuando protestó ante su padre por la actitud de su madrastra, Leovigildo buscó solucionar el problema haciendo partir a Hermenegildo con Ingunda a Sevilla para que realizara funciones de gobierno.
En ese lugar Ingunda se esforzó más por conseguir la conversión de su esposo y con la libertad que tenía Hermenegildo, al estar alejado de la corte arriana, aunado al buen ejemplo y amor que veía en su esposa se decidió convertir al catolicismo, el bautizo lo realizó San Leandro, quien era el obispo de Sevilla. Pocos meses después Hermenegildo se rebeló contra su padre Leovigildo y fue apresado y martirizado en el año 585 cuando se negó a recibir la comunión de los arrianos, Ingunda trató de huir hacia Constantinopla, pero murió en el camino. Con Hermenegildo muerto el sucesor de Leovigildo fue su hermano Recaredo, accedió al trono un año después de la muerte de su hermano al que apreciaba mucho. En el 589 San Leandro presidió el III concilio de Toledo, ahí Recaredo abjuró del arrianismo y abrazó la fe de su hermano mártir y de su cuñada. Así el pueblo de los visigodos se convirtió a la fe católica. Ingunda no tiene el título de santa, pero sus méritos y valor brillan por si solos para imaginarnos lo grata que fue a Dios su vida.
Plegaria:
“¡Oh Hermenegildo! Tu valerosa muerte mostró el amor que tenías a Cristo y tu desprecio de los bienes terrenos nos enseña a menospreciarlos. Nacido para el trono, un calabozo te sirve aquí de mansión y de él partes para el cielo, ceñida la frente con la palma del martirio, corona mil veces más preciosa que la que se te ofrecía como precio de una vergonzosa apostasía. Haznos firmes en nuestras creencias, dóciles a las enseñanzas de la Iglesia, enemigos de todo error y de toda novedad.” (Dom Prospero Gueranger)
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