sábado, 24 de mayo de 2014

Hacer crecer lo que sembramos juntos

Video de Francisco cantando con rabinos y dirigentes de la comunidad judía argentina en el Vaticano, cuando lo visitaron el pasado mes de enero. En esa ocasión, y de forma espontánea se cantó en hebreo el salmo 133 del viejo testamento, HINE MA TOV  "cuán bello y agradable es estar unidos entre hermanos". Junto al Papa, el Rabino Abraham Skorka.
El 16 de enero el Papa Francisco recibió a una delegación de 15 dirigentes judíos de la Argentina, en una audiencia que duró al menos dos horas y media e incluyó una breve reunión formal y un almuerzo.
Como un gesto inequívoco de hospitalidad,  Francisco recibió a sus invitados con comida kosher- alimentos elaborados según los preceptos de alimentación que marcan la religión judía-. Al momento de recibir a la delegación Francisco dijo: 
    
“Les doy la bienvenida y espero que este encuentro ayude a hacer crecer lo que sembramos juntos”.

Entre los participantes estuvieron Julio Schlosser ,Presidente de DAIA; Javier Mutal, Tesorero del Congreso Judio Latinoamerincano; Waldo Wolff, Vice Presidente de DAIA; Javier Veinberg ,Presidente de Federación de Clubes – FACCMA;  Marcelo Polakoff , Presidente de la Asamblea Rabínica – Rabino de Córdoba- Isaac Sacca, Rabino Sefaradi; Raul Bergman, Presidente de Bnei Tikva; Ariel Stofenmacher, Director Ejecutivo del Seminario Rabínico; Raul Feler, de Tucumán; Marcos Grabivker, Vice Presidente de la Asociación Internacional de Juristas  Judíos; Boris Kalnicki, Confraternidad Judeo  Cristiana;  Claudio Avruj, Presidente del Museo del Holocausto; además de Ariel Isaak y Ariel Seidler, ambos jóvenes que ocupan cargos en Congreso Judío y que despertaron especial interés del Papa Francisco. 
Por el Vaticano también participaron el Cardenal Kurt Koch, Presidente de la comisión de diálogo con los judíos; el Padre Norbert Hofmann, secretario de la anterior comisión y el  Padre Renczes, de la Universidad Gregoriana, donde por la tarde hablara Skorka sobre diálogo interreligioso.

jueves, 8 de mayo de 2014

Patronato de Nuestra Señora de Luján

Oración a Nuestra Señora de Luján
Protectora de la República Argentina y de las repúblicas del Uruguay y del Paraguay.

Dios os salve, ¡Oh Portentosa y Coronada Virgen de Luján! y fundadora de esta villa donde quisisteis recibir culto en la milagrosa Imagen que en ella dejasteis, como prenda de vuestra protección a estos pueblos del Plata. ¡Oh gran Reina, a Vos acuden con confianza y se cubren bajo el manto de vuestra protección, pues a cuantos imploran vuestro patrocinio abrís vos las entrañas de vuestra maternal misericordia! Vos sois el auxilio de los cristianos, la Madre de los huérfanos, la defensa de viudas, el abrigo de los pobres, el consuelo de los afligidos, la redención de los cautivos, la salud de los enfermos, la estrella de los navegantes, el puerto seguro de los náufragos, el amparo y escudo de los combatientes, la corona y el triunfo de los vencedores, la esperanza de los moribundos, la vida, en fin, de vuestros devotos. Proteged, gran Señora, vuestra Villa y vuestro pueblo argentino en sus diversas provincias. Conceded igual protección a los pueblos hermanos del Uruguay y del Paraguay y mantenerlos en la fe católica a pesar de las maquinaciones de los incrédulos, dadles de sacerdotes celosos de su salvación, autoridades honradas y cristianas e inspirad en todos fe, abnegación y caridad. Oid favorablemente a los numerosos devotos que de todas partes en sus necesidades a Vos acuden confiados en vuestra protección, que os visitan y veneran en vuestra milagrosa imagen de Luján. Acordaos siempre ¡Oh reina del Plata! de vuestros protegidos; defendedlos de sus enemigos y de su propia flaqueza, a fin de que lleguen a la patria celestial donde os alabarán en la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por los siglos infinitos. Así sea.
                                                   Buenos Aires marzo 29 de 1889.

Vista esta oración la aprobamos y concedemos 80 días de indulgencia por rezarla devotamente.

† FEDERICO
ARZOBISPO DE BUENOS AIRES

El 12 octubre 1930 fue jurada patrona de los de las tres repúblicas por los prelados de las naciones rioplatenses, las autoridades y un denso y fervoroso concurso.



PEQUEÑA HISTORIA

En el año 1630 –probablemente en un día del mes de mayo– una caravana de carretas, salida de Buenos Aires rumbo al norte llevando dos imágenes, las que hoy conocemos como 'de Luján' y 'de Sumampa'. La primera representa a la Inmaculada y la segunda a la Madre de Dios con el niño en los brazos. Inmediatamente ambas imágenes emprendieron un largo viaje en carreta con la intención de llegar hasta Sumampa...

Aquí me quedo, decidió la Virgen

En aquel tiempo, las caravanas acamparon al atardecer. En formación cual pequeño fuerte, se preparaban para defenderse de las incursiones nocturnas de las bestias o los malones de los indios. Luego de una noche sin incidentes, partieron a la mañana temprano para cruzar el río Luján, pero la carreta que llevaba las imágenes no pudo ser movida del lugar, a pesar de haberle puesto otras fuertes yuntas de bueyes. Pensando que el exceso de peso era la causa del contratiempo, descargaron la carreta pero ni aún así la misma se movía. Preguntaron entonces al carretero sobre el contenido del cargamento. "Al fondo hay dos pequeñas imágenes de la Virgen", respondió.
Una intuición sobrenatural llevó entonces a los viajantes a descargar uno de los cajoncitos, pero la carreta quedó en su lugar. Subieron ese cajoncito y bajaron el otro, y los bueyes arrastraron sin dificultad la carreta. Cargaron nuevamente el segundo y nuevamente no había quien la moviera. Repetida la prueba, desapareció la dificultad. Abrieron entonces el cajón y encontraron la imagen de la Virgen Inmaculada que hoy se venera en Luján. Y en el territorio pampeano resonó una palabra que en siglos posteriores continuaría brotando de incontables corazones: ¡Milagro! ¡Milagro!

La "Patroncita Morena"

De común acuerdo, se decidió llevar el pequeño cajón a la vivienda más cercana, la de la familia de Don Rosendo de Oramas, donde la imagen fue colocada en lugar de honra.Enterados del prodigio, muchos vecinos acudieron a venerar la imagen y, al crecer la concurrencia, Don Rosendo le hizo construir una ermita donde la Reina de los Cielos permaneció hasta 1674.
Se la llamó 'La Virgen Estanciera' y la 'Patroncita Morena'. El negro Manuel, un pequeño esclavo negro que trabajaba en esa estancia fue testigo de toda esa maravilla. Viendo sus patrones el intenso amor que demostraba a la Virgen, lo destinaron al exclusivo cuidado de la imagen, lo que hizo hasta su muerte. Se encargaba del orden en la ermita y de los vestidos de la Virgen, dirigiendo los rezos de los peregrinos. Al fallecer Don Rosendo, su estancia quedó abandonada, pero Manuel continuó, con santa constancia, el servicio que se había impuesto.
Muy preocupada con la soledad de la Virgen en esos parajes, la señora Ana de Matos, viuda del capitán español Marcos de Sequeira, propietaria de una estancia ubicada sobre la margen derecha del río Luján y muy bien defendida, no viendo ningún interés de las autoridades civiles y eclesiásticas, le solicitó al administrador de Don Rosendo la cesión de la imagen de la Virgen de Luján. Ella le aseguró el cuidado y la construcción de una capilla digna y cómoda, facilitando la estadía de los peregrinos. Juan de Oramas, el apoderado, aceptó la oferta y doña Ana de Matos le pagó por la cesión de la imagen.
Feliz de haber logrado su propósito, la instaló en su oratorio, pero a la mañana siguiente, cuando se dirigió ahí para rezar, descubrió con asombro y angustia que la Virgen no estaba en su altar.
Ello volvió a ocurrir varias veces hasta que, el obispo de Buenos Aires, fray Cristóbal de Mancha y Velazco, y el gobernador del Río de la Plata, don José Martínez de Salazxar, organizaron el traslado en forma oficial y con todos los honores que merecía Nuestra Señora, acompañada por doña Ana y el negro Manuel, quien esta vez acompañó a su querida Señora.
De este modo la Virgen permaneció en su nueva residencia. Con motivo de esta intervención de la autoridad eclesiástica y confirmado todo lo acontecido por el prudente prelado, se autorizó oficialmente el culto público de la 'Pura y Limpia Concepción del Río Luján'.

Nuestra primera divisa

El 27 de Junio de 1806, los ingleses invadieron Buenos Aires; el domingo 1º de Julio se prohíbe la celebración de los cultos a Nuestra Señora del Rosario con la solemnidad acostumbrada y el Capitán de Navío de la Real Armada D. Santiago de Liniers y Bremont hace voto solemne a Nuestra Señora ofreciendo las banderas que se tomasen al invasor de reconquistar la ciudad, firmemente persuadido de que lo lograría bajo tan alta protección.
Don Juan Martín de Pueyrredon también comienza a organizar la reacción. Munido de un exorto del gobernador Ruiz Huidobro recluta voluntarios de la campaña por los establecimientos rurales de Pilar, Baradero, Morón, Salto, Arrecifes y Luján.
El 28 de Julio los paisanos se reunieron en Luján, sitio alejado de la ciudad de Buenos Aires, en el que contaban con el apoyo del alcalde Gamboa y del párroco Vicente Montes Carballo. Después del oficio de la Misa, recibieron del Cabildo local el Real Estandarte de la Villa, que en una de sus caras tenía la imagen de la Virgen y en la otra las armas de la Corona, para usarlo frente a las tropas.
A falta de escapularios, que esos gauchos respetuosos de la Fé necesitaban como un escudo protector, el cura les entregó dos cintas que seguramente habrá comprado de prisa en una tienda del pueblo, de colores celeste y blanco, las cuales, no habiendo uniformes, también servían de identificación entre los heroicos voluntarios.
La Virgen de Luján y sus colores, divisa y escapulario en la reconquista de la Patria, ya hace doscientos años.

El P. Jorge María Salvaire C. M. milagrosamente salvado de los indios
En 1872, cuando la villa estaba floreciente, llegó a ella como párroco el P. Jorge María Salvaire francés de origen, lazarista o vicentino.
Dos años después, sus superiores le ordenaron ir a misionar entre los indios infieles quienes, acusándolo de haber llevado una peste de viruela, lo apresaron y lo condenaron a morir lanceado.
El se confió a la Virgen y le prometió dedicar su vida a publicar sus milagros y engrandecer su santuario si se salvaba. Al instante apareció un joven indio, hijo del cacique, y echó su poncho sobre el Padre, en señal de protección. Ese indio lo reconoció a Salvaire (le había salvado la vida en días pasados) y le concedió la libertad.
Fiel a sus promesas, el P. Salvaire redactó su monumental "Historia de Nuestra Señora de Luján", publicada en 1884

En 1886 viajó a Europa y allí hizo confeccionar una corona para la Virgen. La hizo bendecir por el Papa León XIII quien concedió la autorización para la celebración de su fiesta propia. El 8 de Mayo de 1887 se realizó la Coronación Pontificia de manos de Mons. de Aneiros.

Saludo en Nuestra Fiesta Patronal, Nuestra Señora de Luján

   Dios nos ha permitido celebrar nuevamente el Gran día de su Madre Santa, rezando la Santa Misa en su Honor y para gloria del Dios Uno y Trino. En la fiesta de Nuestra Señora la Virgen de Luján, pedimos en el altar por cada una de las almas que Dios nos ha encomendado acompañar, por nuestros hijos espirituales, por aquellos que todavía han de venir a estar con nosotros en estos tremendos momentos. Hemos pedido que Dios los bendiga en sus obras y buenos deseos, los proteja en estas horas de suprema iniquidad y confusión para permanecer firmes en la Verdad, manteniendo encendida la antorcha de la Fe y la Caridad hasta el último aliento.
        Quiero repetir lo que en otros momentos:
        ¡¡No los he lanzado al frente!!  Quiero pedirles la caridad de pedir a Nuestra Señora que nos permita la gracia de acompañarlos, de estar a su lado cuando sea necesario, de permanecer en nuestro puesto cuando se presienta el peligro y de ser posible poder imitar a  San Cristóbal con los más débiles a la vez que hacer una debida penitencia. Sé que es mucho pretender conociendo nuestras fuerzas pero no lo es conociendo la Patrona que tomamos y la caridad que ustedes podrán brindarnos en pedir esa gracia para nuestra Misión.

   Dios y La Santísima Virgen de Luján les bendiga.

   Buenos Aires, 8 de Mayo del 2014

R.P. Hugo Esquives

miércoles, 7 de mayo de 2014

El Mejor Papa Judio

Con toda razón esperaban su canonización:

"Declarado santo",
 Juan XXIII, 
el papa HÉROE del pueblo judío
Uno de los papas "canonizado" tuvo una humanitaria actuación en el período del Holocausto. Así lo manifiesta el creador de la Fundación Wallenberg
Juan XXIII, quien será canonizado el domingo en El Vaticano, fue "el mejor papa de la historia para el pueblo judío", ya que salvó miles de vidas durante el Holocausto y abrió el diálogo judeo-cristiano, aseguró el creador de la Fundación Wallenberg, Baruch Tenembaum.
"Angelo Roncalli ha hecho cosas tan extraordinarias y me alegra muchísimo que lo declaren santo, aunque la beatificación a mí como judío no me toca. Va a ser un gran llamado de atención al mundo católico", dijo Tenembaum en una entrevista a la AFP en Nueva York, en vísperas de que Juan XXIII y Juan Pablo II sean declarados santos.
De 80 años y oriundo de Argentina, Tenembaum tiene una larga trayectoria como líder judío en el diálogo interreligioso y estuvo entre los nominados al Nobel de la Paz 2009.
Es uno de los creadores de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, en homenaje al diplomático sueco que salvó a miles de judíos húngaros del exterminio nazi. La institución ha dedicado grandes esfuerzos a difundir la obra de Roncalli (1881-1963) como nuncio apostólico en Turquía durante la Segunda Guerra Mundial.

"el mejor papa para el pueblo judío en toda la historia"

"Es evidente hoy, con absoluta seguridad, que Juan XXII Roncalli fue en mi opinión el mejor papa para el pueblo judío en toda la historia, sin duda alguna. Roncalli en mi concepto no religioso es un santo. Más de lo que él hizo, no pudo haber hecho", afirmó Tenembaum en las oficinas de la fundación en Manhattan.
Como delegado apostólico del Vaticano en Turquía, Roncalli ayudó a salvar a miles de judíos de la persecución nazi en Europa del Este, utilizando como estratagema la conversión al cristianismo.
"En aquel momento tener un certificado de identidad católica era salvar la vida, es decir, se demostraba que no era judío. Él daba certificados de conversión con nombre y apellido firmados como corresponde", recordó Tenembaum.
Roncalli fue incluso más allá enviando "certificados en blanco" al nuncio papal en Budapest, Angelo Rotta, para que éste los utilizase en acuerdo con la comunidad judía de Hungría, agregó.
Tenembaum ha propuesto que Juan XXIII fuese reconocido como "justo entre las naciones" por parte de Yad Vashem, la institución creada en Israel para honrar a las víctimas y héroes de la Shoá.
El creador de la Fundación Wallenberg admitió que no hay demasiada documentación que refleje lo hecho por Roncalli durante el Holocausto, aunque sí existen testimonios, a lo que se suma sus gestos de apertura y a favor del diálogo interreligioso como papa entre 1958 y 1963.
Juan XXIII "fue el primero que sacó la espina del drama vivido por la Iglesia católica, por los católicos, por la muerte de Jesús", eliminado por ejemplo la calificación de "pérfidos" dirigida a los judíos durante la oración de Viernes Santo, señaló.
"Yo soy José, vuestro hermano" (-y les entregó todas las riquezas de Egipto-. Nota del editor)
Otra gesto muy simbólico tuvo lugar cuando una delegación estadounidense judía visitó El Vaticano y Juan XXIII, en lugar de esperarla en su trono, se bajó y avanzó a saludarla diciéndole "Yo soy José, vuestro hermano", en referencia a un conocido episodio bíblico de reconciliación fraternal.

Tenembaum indicó que Roncalli, cuando se desempeñaba como nuncio apostólico en Francia, tuvo un papel importante en la partición de la región de Palestina en Naciones Unidas en 1947 y la declaración del Estado de Israel.

El Rabino Skorka, quien es rector del Seminario Rabínico Latinoamericano destacó la acción del actual (Papa) argentino en el mismo sentido que estas dos grandes figuras: "Francisco está afirmando todo lo que hicieron sus antecesores desde la relación judeo-católica, al seguir adelante por la senda que empezó Juan XXIII y siguió de manera descollante Juan Pablo II".