sábado, 21 de febrero de 2015

En Santa Marta hay "un Desmoronador"... Señales para Kasper y su Gavilla

En la misa por los nuevos cardenales, Francisco dijo en la homilía:
“Jesús, nuevo Moisés, ha querido curar al leproso, ha querido tocar, ha querido reintegrar en la comunidad, sin autolimitarse por los prejuicios; sin adecuarse a la mentalidad dominante de la gente; sin preocuparse para nada del contagio. Jesús responde a la súplica del leproso sin dilación y sin los consabidos aplazamientos para estudiar la situación y todas sus eventuales consecuencias.
Jesús no tiene miedo de este tipo de escándalo. Él no piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de una curación, que se escandalizan de cualquier apertura, a cualquier paso que no entre en sus esquemas mentales o espirituales, a cualquier caricia o ternura que no corresponda a su forma de pensar y a su pureza ritualista. Él ha querido integrar a los marginados, salvar a los que están fuera del campamento (cf. Jn 10).
Son dos lógicas de pensamiento y de fe: el miedo de perder a los salvados y el deseo de salvar a los perdidos. Hoy también nos encontramos en la encrucijada de estas dos lógicas: a veces, la de los doctores de la ley, o sea, alejarse del peligro apartándose de la persona contagiada, y la lógica de Dios que, con su misericordia, abraza y acoge reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación y la exclusión en anuncio.
El camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre…
Y esto comenta Elisabetta Piqué, dilecta intérprete de las franciscadas:
Si cuando lleva casi dos años de pontificado alguien no tenía claro que éste es el rumbo, ayer Francisco, que no casualmente eligió este nombre, quiso recordarlo”.
“En una homilía-bomba sobre la compasión y la misericordia que debe reintegrar a los marginados, evidentemente escrita y pensada al milímetro y calificada por un veterano vaticanista como un capolavoroJorge Bergoglio volvió a decir cuál es su idea de reforma. Y dejó en claro que seguirá

adelante, más allá de las resistencias. No por nada recordó que Jesús y los apóstoles Pedro y Pablo en su época escandalizaron y tuvieron resistencias y hostilidad”.
“En el sínodo de octubre pasado (que fue la primera parte de un proceso que seguirá en octubre próximo), por primera vez se discutieron temas tabú que hacen a la familia, como la comunión a los divorciados vueltos a casar. Esto puso a la defensiva a sectores intransigentes, minoritarios pero influyentes, que tienen otra visión de Iglesia, una Iglesia para pocos selectos y que temen un desmoronamiento de la doctrina.”

La hermeneuta Piqué celebra de antemano “el desmoronamiento de la doctrina”. Dios no lo permita, pero si eso será posible es porque en Santa Marta hay un desmoronador.

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