jueves, 29 de agosto de 2019
El jefe de los jesuitas denuncia un complot para forzar a Jorge Bergoglio a renunciar
Sorprende la caraduréz de este modernista, que no tiene empacho en victimizar a los asesinos de la Fe y defender como válido y bueno el camino de destrucción emprendido por Jorge Mario Bergoglio. Reproducimos el texto de este artículo, extraído de la página de Periodista Digital con fecha del 21 de agosto de 2019. Las notas en rojo son nuestras. Al final dejamos un vídeo en el que el mismo Sosa Abascal niega la autoridad Universal de quien él considera verdadero papa. Es un hereje con todas las letras. Véalo por sus propios ojos.
Luchas internas,
cizañas y traiciones en la Iglesia. El superior general de la Compañía de
Jesús, Arturo Sosa Abascal, denunció un complot(¿?) de los
sectores ultraconservadores de la Iglesia contra el papa Francisco y el
modelo pastoral que este representa.
«Hay personas, dentro y fuera de la
Iglesia, que desean que el papa Francisco renuncie, pero él no lo
hará”, dijo el jefe de los jesuitas durante el XL Encuentro de Amistad entre los Pueblos,
una popular iniciativa conocida como el Meeting de Rimini que se organiza cada
año en Italia.
Sosa Abascal sostuvo
que la estrategia
de estos conspiradores va más allá
del pontificado de Bergoglio: «Creo que la estrategia final de
estos sectores no es tanto forzar al papa Francisco a
renunciar, cuanto afectar a la
elección del próximo pontífice, creando las
condiciones para que el siguiente papa no continúe profundizando el camino
que Francisco ha indicado y emprendido en su lugar».
NB: Acaso no son los sacerdotes modernistas
los primeros en negar un COMPLOT para destruir a la Iglesia? Constantemente
hemos dado la voz de alarma para señalar ese COMPLOT, y ahora uno de los
miembros de ese complot lo señala? Que paradoja!!!
Por el contrario, el religioso de origen
venezolano consideró que «es esencial que este viaje continúe, de acuerdo con
la voluntad de la Iglesia claramente expresada en el Concilio Vaticano II, del
cual el papa Francisco es un hijo legítimo y directo».
NB: Vale la pena remarcar, que es honesto de
su parte decir que Bergoglio sigue el camino emprendido por el Concilio
Vaticano II, que es un hijo legítimo de la revolución y destrucción comenzada con
el Concilio y pide que continúe ese viaje.
En su intervención, Sosa Abascal apuntó
a la «nostalgia» de la Iglesia europea por «un pasado idealizado, como si la
sociedad en Europa fuera una sociedad cristiana perfecta. La gente vive
nostálgicamente por un pasado que nunca existió. En Estados Unidos, en cambio,
se centran en la inculturación».
NB: Niega completamente la historia de la
Iglesia y los hechos reales, niega la Civilización Cristiana de la época
medieval que le dio vida a Europa. No es “nostalgia” por un sueño irreal, sino
deseo de que vuelva a ser el Catolicismo la vida de la civilización europea.
«El cristianismo no es una religión
íntima, solo se puede vivir en comunidad», aseguró el superior de los jesuitas,
quien recordó cómo «el Espíritu Santo nos habla hoy a través de los jóvenes».
«Todos estamos llamados a acercarnos a ellos», enfatizó.
«La Iglesia dirigida por Francisco está
apostando por la educación de los jóvenes, extrayendo de ellos recursos y
valores», explicó Sosa Abascal, que citando al pontífice argentino
insistió en que «el futuro de la humanidad pasa de la inclusión social de los
pobres. Pero no se hace desde afuera, es una condición para caminar juntos». «Debemos
acercarnos a los pobres, adquirir su mirada en la vida», aseveró.
NB: Niega que el Espiritu Santo santifique y
vivifique en el interior de cada hombre para llevar luz a toda la sociedad.
Como no va a ser religión intima la Religión que tantos monjes y ermitaños
santificó??!!
Qué enseñanza quiere sacar de jóvenes que no
saben ni su catecismo y viven más para el mundo que para Dios? Ese es el
criterio de su magisterio?
«El discernimiento deriva del sentido de
obligación hacia el imperativo de la conciencia, la obediencia a la voluntad de
Dios. La libertad y la verdad, la ley y la responsabilidad, la autoridad y la
obediencia solo se integran en el discernimiento», señaló en otro momento del
diálogo, en el que hizo hincapié en el «mensaje revolucionario» que Bergoglio trae
a la Iglesia. «Necesitamos conocer íntimamente al Señor que se hizo hombre para mí, para que quien lo ama lo siga»,
prosiguió.
«En el discernimiento –abundó– no estamos divididos entre creyentes y no
creyentes, entre hombres morales y no morales, entre quienes promueven el
bien de todos o quienes siembran miedo y división».
NB: En este discernimiento no está más la
enseñanza objetiva de la Fe y su ley moral, todo es relativo. Podemos
describirlo así: SUBJETIVISMO = RELATIVISMO = LIBRE EXÁMEN = PROTESTANTISMO. “Conocer
al Señor que se hizo hombre para mi” hace ver claramente que el centro de la fe
modernista ya no es Dios, ya el hombre no está hecho para servir a Dios, sino
Dios para servir al hombre. Discernimiento en el que no hay distinción de
creyente y ateo… por eso no hay ahí lugar para Dios.
Sobre la secularización de la sociedad, el
llamado papa negro manifestó que «si lo leemos como un signo de los tiempos,
quizás sea un signo de esperanza y no de desesperación». «La sociedad secular
es quizás el nuevo espacio para vivir y difundir nuestra fe», concluyó.
La sociedad secular que él pide, ya no es la
Ciudad de Dios, sino la ciudad del hombre. Viene bien la Idea clara de San
Agustín: La Ciudad de Dios donde el amor de Dios lleva hasta el desprecio del
hombre, contra la Ciudad del hombre en donde el amor del hombre lleva hasta el
desprecio de Dios. Dios
quiera que los hombre de buena voluntad tengan ojos para ver y oídos para
escuchar.
miércoles, 28 de agosto de 2019
CAÍDAS POR RESPETO HUMANO
Lazos del demonio, caídas por respeto humano. (Sueños de Don Bosco).
Apenas se había adormecido Don Bosco, cuando un personaje lo obligó a levantarse y seguirlo. Lo llevó a una gran llanura y luego siguieron caminando por un camino ancho y bien pavimentado, que iba bajando suavemente y estaba bordeado de hermosos cercos de flores. Su paso era ligero, y le parecía que más bien volaba. Detrás venían los niños del Oratorio y de pronto se encontró en medio de ellos. Mientras los estaba mirando, vio que algunos de ellos caían al suelo y eran arrastrados hacia una horrible pendiente. Preguntó a su guía: “¿Qué es lo que los hace caer?”. “Han puesto lazos, acércate”. Se acercó Don Bosco y vio que los niños caminaban entre muchos lazos, algunos de los cuales estaban a flor de tierra y otros a la altura de la cabeza de los niños, que no los veían. Muchos niños caminaban confiadamente y quedaban enlazados, cayendo por tierra y luego, levantándose corrían precipitadamente al precipicio. Unos eran enlazados en la cabeza; otros en el cuello; otros en las manos, brazos o piernas, y todos eran arrastrados hacia abajo.
Don Bosco tomó uno de esos lazos, y sintiéndose arrastrado, lo siguió, llegando a la boca de una gran caverna. Allí se detuvo y comenzó a tirar el hilo hacia sí, y después de grandes esfuerzos apareció en la entrada de la caverna un horrible monstruo, que tenía en sus manos una soga, a la cual estaban atados todos los lazos esparcidos por el camino y arrastraba a sí a todos los que caían. Alejándose, dijo: “A éste, se lo vence con la señal de la Cruz y con las jaculatorias”. “Ahora sabes quién es?”, dijo el guía. “Sí, es el demonio, que tiende los lazos para hacer caer en el infierno”. Los observó con atención Don Bosco y vio que cada lazo llevaba su inscripción: soberbia, desobediencia, envidia, impureza, hurto, gula, etc. Observó que los lazos que hacían mayor número de víctimas eran la deshonestidad, la desobediencia y la soberbia.
Vio también que habían muchos cuchillos que servían para cortar los lazos. El cuchillo que cortaba el lazo de la soberbia era la meditación y había otro menor que significaba la lectura espiritual. Había también dos espadas, que significaban la comunión frecuente y la devoción a María Santísima. Había un martillo que representaba la confesión.

Con estas armas muchos niños rompían los lazos; otros niños caminaban entre los lazos, pero los evitaban con facilidad, significando que ponían en práctica los medios para evitar el pecado. El guía condujo luego a Don Bosco por la cuesta que bajaba más rápidamente, y lo llevó a ver el infierno en donde caían aquellos niños. (Tomo 9, 154).
Apenas se había adormecido Don Bosco, cuando un personaje lo obligó a levantarse y seguirlo. Lo llevó a una gran llanura y luego siguieron caminando por un camino ancho y bien pavimentado, que iba bajando suavemente y estaba bordeado de hermosos cercos de flores. Su paso era ligero, y le parecía que más bien volaba. Detrás venían los niños del Oratorio y de pronto se encontró en medio de ellos. Mientras los estaba mirando, vio que algunos de ellos caían al suelo y eran arrastrados hacia una horrible pendiente. Preguntó a su guía: “¿Qué es lo que los hace caer?”. “Han puesto lazos, acércate”. Se acercó Don Bosco y vio que los niños caminaban entre muchos lazos, algunos de los cuales estaban a flor de tierra y otros a la altura de la cabeza de los niños, que no los veían. Muchos niños caminaban confiadamente y quedaban enlazados, cayendo por tierra y luego, levantándose corrían precipitadamente al precipicio. Unos eran enlazados en la cabeza; otros en el cuello; otros en las manos, brazos o piernas, y todos eran arrastrados hacia abajo.
"Todos los enlazados, como primer movimiento caían al suelo. El personaje le dijo que aquello representaba el RESPETO HUMANO."
Don Bosco tomó uno de esos lazos, y sintiéndose arrastrado, lo siguió, llegando a la boca de una gran caverna. Allí se detuvo y comenzó a tirar el hilo hacia sí, y después de grandes esfuerzos apareció en la entrada de la caverna un horrible monstruo, que tenía en sus manos una soga, a la cual estaban atados todos los lazos esparcidos por el camino y arrastraba a sí a todos los que caían. Alejándose, dijo: “A éste, se lo vence con la señal de la Cruz y con las jaculatorias”. “Ahora sabes quién es?”, dijo el guía. “Sí, es el demonio, que tiende los lazos para hacer caer en el infierno”. Los observó con atención Don Bosco y vio que cada lazo llevaba su inscripción: soberbia, desobediencia, envidia, impureza, hurto, gula, etc. Observó que los lazos que hacían mayor número de víctimas eran la deshonestidad, la desobediencia y la soberbia.
"Los niños que corrían con más velocidad eran los arrastrados por el RESPETO HUMANO."
Vio también que habían muchos cuchillos que servían para cortar los lazos. El cuchillo que cortaba el lazo de la soberbia era la meditación y había otro menor que significaba la lectura espiritual. Había también dos espadas, que significaban la comunión frecuente y la devoción a María Santísima. Había un martillo que representaba la confesión.

Con estas armas muchos niños rompían los lazos; otros niños caminaban entre los lazos, pero los evitaban con facilidad, significando que ponían en práctica los medios para evitar el pecado. El guía condujo luego a Don Bosco por la cuesta que bajaba más rápidamente, y lo llevó a ver el infierno en donde caían aquellos niños. (Tomo 9, 154).
miércoles, 21 de agosto de 2019
Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. Más aún detrás de un gran Santo.
Ingunda
No se conoce la fecha exacta en la que nació Ingunda, posiblemente a mediados del siglo VI. Fue hija de Sigisberto, quien era el rey de Austrasia (una región que abarca el norte de Francia y parte de Alemania), fue prometida a un príncipe visigodo llamado Hermenegildo, hijo del rey Leovigildo. A pesar de que los visigodos eran arrianos e Ingunda católica se realizó el matrimonio en el año 579, esto se explica porque el móvil principal era la unificación política de los pueblos godos. Al llegar a Toledo, Ingunda pensó que Goswintha, quien era su abuela por la línea materna y la vez era la madrastra de Hermenegildo por su segundo matrimonio con el rey Leovigildo, sería una persona cercana a ella, sin embargo sucedió todo lo contrario.
Goswintha era arriana y al principio trató de convertirla al arrianismo con caricias, al ver que con esa técnica no había resultado, le exigió que abjurara del catolicismo, Ingunda resistió durante mucho tiempo las presiones que le hacia la Goswintha, continuamente padeció humillaciones y violencia física, pero Ingunda se mantenía fiel a su fe. San Gregorio de Tours nos dice que en una ocasión Goswintha la arrojó al suelo y comenzó a patearla hasta que quedó empapada en sangre y a pesar de eso Ingunda continuaba firme y no solo eso, sino que buscaba la conversión de su esposo a la fe católica. Hermenegildo fue testigo del maltrato, no pudo dejar de ver las heridas y marcas que tenía su esposa y que esta callaba heroicamente. Cuando protestó ante su padre por la actitud de su madrastra, Leovigildo buscó solucionar el problema haciendo partir a Hermenegildo con Ingunda a Sevilla para que realizara funciones de gobierno.
En ese lugar Ingunda se esforzó más por conseguir la conversión de su esposo y con la libertad que tenía Hermenegildo, al estar alejado de la corte arriana, aunado al buen ejemplo y amor que veía en su esposa se decidió convertir al catolicismo, el bautizo lo realizó San Leandro, quien era el obispo de Sevilla. Pocos meses después Hermenegildo se rebeló contra su padre Leovigildo y fue apresado y martirizado en el año 585 cuando se negó a recibir la comunión de los arrianos, Ingunda trató de huir hacia Constantinopla, pero murió en el camino. Con Hermenegildo muerto el sucesor de Leovigildo fue su hermano Recaredo, accedió al trono un año después de la muerte de su hermano al que apreciaba mucho. En el 589 San Leandro presidió el III concilio de Toledo, ahí Recaredo abjuró del arrianismo y abrazó la fe de su hermano mártir y de su cuñada. Así el pueblo de los visigodos se convirtió a la fe católica. Ingunda no tiene el título de santa, pero sus méritos y valor brillan por si solos para imaginarnos lo grata que fue a Dios su vida.
Hermenegildo, príncipe visigodo inmolado por
un padre obcecado en la herejía.
La causa de su
muerte fue la constancia con que rechazó la comunión pascual que un obispo
arriano quería obligarle a recibir de sus manos. El mártir sabía que
la sagrada Eucaristía es señal de la unidad católica y que está prohibido
participar de la carne del cordero pascual con aquellos que no pertenecen a la
verdadera Iglesia. Una consagración sacrílega puede poner en
manos de los herejes los Misterios Eucarísticos,
si existe el carácter sacerdotal en quien ha tenido la osadía de traspasar la
barrera del altar del Dios de quien blasfema; pero el católico
consciente de que no está permitido orar con los herejes, se horroriza al ver
el misterio profanado y permanece apartado de él para no ultrajar al Redentor
en el misterio mismo que estableció para unirse con sus fieles. La sangre del
mártir fue fecunda. España, cautiva por el error, rompió sus cadenas; un
Concilio de Toledo consumó la reconciliación a la que había dado principio tan
santa víctima. Espectáculo sublime y raro en la historia del mundo el ver a
toda una nación abjurar de la herejía; pero esta nación fue bendecida por el
cielo. Sometida a la dura prueba de la invasión sarracena triunfó de ella por
las armas, y su Fe, después siempre pura, la mereció el más noble de los
títulos de un pueblo: el de Católica.
Vida:
Hermenegildo fue hijo de Leovigildo, rey de los visigodos de
España, y de Teodosia. Asociado al reino, como su hermano Recaredo, en 573,
fijó su residencia en Sevilla. Allí su esposa Ingonda y el Obispo San Leandro
le determinaron a abandonar la herejía arriana y a abrazar el catolicismo. Al
perseguirle su padre, que permanecía siendo arriano, Hermenegildo llamó en su
ayuda a los bizantinos: pero creyó conveniente acceder a una entrevista que le
propuso su padre, y éste, habiéndole hecho encarcelar, probó todos los medios
de hacerle volver a la herejía. El día de Pascua del año 586 el rey le envió un
obispo arriano para que le llevase la comunión. El joven la rechazó: Entonces su
padre mandó decapitarle. San Hermenegildo es patrón de la ciudad de Sevilla.
Urbano VIII extendió su culto a toda la Iglesia.
Plegaria:
“¡Oh Hermenegildo! Tu valerosa muerte mostró el amor que tenías a Cristo y tu desprecio de los bienes terrenos nos enseña a menospreciarlos. Nacido para el trono, un calabozo te sirve aquí de mansión y de él partes para el cielo, ceñida la frente con la palma del martirio, corona mil veces más preciosa que la que se te ofrecía como precio de una vergonzosa apostasía. Haznos firmes en nuestras creencias, dóciles a las enseñanzas de la Iglesia, enemigos de todo error y de toda novedad.” (Dom Prospero Gueranger)
Dios perdone las apostasías modernas y permita que la sangre
derramada de sus mártires lleve nuevamente la Fe y la Verdad a las almas.
El ejemplo de San Hermenegildo nos aparte aún de la comunión
de los herejes, que llegando a consagrar válidamente la Sagrada Eucaristía, se
han apartado de la Verdad Católica. No podemos
ofender al Sacramento de la Unidad Católica recibiéndola de manos de un enemigo
de la Fe Verdadera.
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